Nuestro agradecimiento a todas las familias
Aprovechando el estreno de nuestra web queremos dedicar estas palabras a todas las familias del colegio por la gran implicación que han demostrado durante el confinamiento.
Para ello nos vamos a hacer eco de los sentimientos generalizados que todas las familias nos han contado día a día con el testimonio de dos madres de nuestros alumnos.
Prado
Madre de Lidia Fernández (5º EP)
Relato de un confinamiento
Ya perdimos la cuenta de los días de confinamiento. Todo esto nos alcanzó por sorpresa. El confinamiento llegó de golpe. Un día estábamos de paseo, trabajando y, de repente, malas noticias de personas que sufrían en hospitales, de miedos, de incertidumbre social.
Nuestra reclusión ha sido más llevadera de lo que esperaba, aunque con altibajos, me imagino que como muchas personas. Lo nuestro no fue, de alguna manera, un confinamiento con la compra de rollos de papel higiénicos a granel, pero sí de fabricación de bizcochos y rosquillas que nos salieron buenísimas. Además de realizar manualidades, desde jabones hasta pintar la casa.
La rutina continuaba a diario en casa trabajando por la mañana, los deberes, la casa, la comida y por la tarde tocaba la hora de juegos (esos juegos olvidados que pensábamos que ya no los utilizaríamos jamás, como el parchís, las cartas, el domino, el bingo…), eso sí, de vez en cuando dejándolos ganar. Todo por verles sonreír. Todo ello con el ritual de los aplausos de las 8, momento también vecinal con charlas de ventana a ventana.
Como en tantas familias, los padres hemos tenido que hacer de profes, imprimiendo fichas, explicando las lecciones y ayudando en las tareas; o de jugar el papel de padres intransigentes cuando tratamos de mantener horarios de sueño o de estudios pero, sobre todo, el reto de no perder los nervios cuando la casa se viene abajo, con juguetes tirados por todas las partes, carreras con lo patinetes, saltos por las camas, además de gritos, lloros, risas y peleas. Cuanto me alegro de vivir en un primero y no tener vecinos debajo.

Las tecnologías llevan en nuestros hogares hace ya mucho tiempo, pero ha sido con este confinamiento cuando se han instalado entre nosotros casi sin pestañear. Para realizar el teletrabajo, para recibir información y sobre todo para la relación con nuestros familiares y amigos, y hacerla más fácil y entretenido. Como los tic-toc de los amigos o compañeras, la abuela con la Tablet para leer sus revistas de cotilleos, para celebrar el cumpleaños de mi hija con la familia y amigos por videollamada. Una videollamada que cada día con la familia se convertía en el milagro más esperado de la jornada.
Los niños que son muy inteligentes, sabían que había un “bicho” en la calle y por eso no se podía ir al colegio, pero, aun así, te repetían: ¿Cuándo volveremos a ver a nuestros compañeros? Al fin y al cabo no les va a quedar el recuerdo de los deberes, ni lo que hayan podido aprender en estos meses, les va a quedar cómo lo vivieron, cómo lo sintieron, los aplausos a las ocho, los dibujos, el arco iris, y el haber ayudado como campeones, ¡a ganar al COVID!
Ahora que nos permiten salir, ellos se resisten ir a la calle. Todos nos hemos acomodados a vivir y trabajar entre 4 paredes, el exterior nos asusta. Y una trata de ser la mejor mamá, profe, amiga y compañera de juegos, pero a veces es difícil. Tratar de aprender de esta situación. Porque si algo hemos aprendido es que sí estamos con la familia, estamos bien. Juntos somos más fuertes.
Y en estos últimos días de esta prolongada reclusión estamos con la esperanza puesta, como todos, en la futura superación de esta pesadilla.
Carmen
Madre de Marta y Álvaro León (3º EP)
Un fin de curso atípico
100 días de confinamiento en casa
Las noticias sobre el COVID-19 eran bastante preocupantes y ya, en mi caso, iba a trabajar con bastante miedo y con mucho cuidado pero lo que ya me descolocó del todo fue el cierre de los colegios porque ya afectaba más directamente a nuestros hijos y el miedo subió a niveles que eran difíciles de controlar.
Que los niños tuvieran que terminar el curso escolar en casa fue un gran reto para todos, por lo menos para nosotros como padres nos han puesto en una situación de inseguridades y miedo.

Digo esto porque los primeros días pensaba ¿Voy a ser capaz de Álvaro y Marta de avanzar? ¿Se quedarán atrás y tendrán que recuperar el curso? ¿Seremos capaces de explicarles las dudas que tengan? Sobre todo me preocupaba inglés y Matemáticas porque en estas asignaturas era las que más dudas me creaban.
Pero luego día a día cogimos confianza, Olga, Mayte, Eva y Silvia nos mandaban las tareas a realizar durante la semana, algunas veces les costaba menos y otras un poco más pero sabíamos que ellas estaban detrás y que cada duda, cada inseguridad serían ellas las que nos ayudaran a superarlas.
Siempre teníamos la incertidumbre de si volveríamos a las clases presenciales, cada día las noticias eran diferentes y confusas, unas veces decían unas cosas y otras todo lo contrario. Lo que teníamos claro era que había que seguir adelante y hacerlo lo mejor posible.
Después nos dijeron que habría exámenes, otra vez dudas de cómo serían y como nos los plantearíamos pero como antes las profesoras estuvieron allí para calmarnos y para ayudarnos en esta nueva etapa.
Como madre me he sentido agobiada, asustada, preocupada y he perdido los nervios porque trabajar en casa y además todas las actividades del colegio ha habido días que me han superado con creces.
Lo peor para ellos ha sido el no ver a los amigos, el no estar con ellos y querían volver al colegio, estar con las profesoras, porque hay que reconocer que por muy bien que intentes explicarles, por mucho que te veas tutoriales, que te pases el día anterior intentando saber cómo se hacen los ejercicios del día siguiente no es lo mismo. No somos profesores.
Pero me quedo siempre con el lado positivo de las situaciones por muy malas que sean, el estar con los niños, verles crecer como personas, verles superar los obstáculos y ser parte de ello, verles esforzarse por trabajar y por avanzar, los ratos que nos hemos reído, los trabajos de Arts de Eva y los retos que nos mandaba Olga que nos lo hemos pasado bomba haciéndolos. El cálculo mental de Mayte que me ha dejado loca de cómo los niños lo hacían y todo lo que he aprendido, porque yo también he aprendido mucho de ellos y de las profes.
¿Qué nos ha enseñado este tiempo? A tener más confianza, Álvaro y Marta ahora se dan cuenta que pueden superar las situaciones si se esfuerzan y que todo llega. La confianza en uno mismo, ser capaz de hacer todo lo que te propongas y que de todas las situaciones se aprende mucho pero que mucho.

Mi agradecimiento al respaldo que hemos tenido con Olga, Mayte, Eva y Silvia, el sentir que no estábamos solos en esta aventura nos ha ayudado mucho.
La voz y el agradecimiento de todos los profesores a las familias
Desde La Natividad queremos destacar y agradecer el esfuerzo de las familias de nuestro colegio.
En muy poco tiempo pasamos de una educación presencial donde el proceso de aprendizaje recaía sobre los profesores a una modalidad “a distancia” donde las familias han jugado un papel primordial en el desarrollo académico de sus hijos.
Esta es una manera objetiva de ver esta situación, pero la realidad que nos hemos encontrado desde los centros es mucho más profunda.
La realidad que hemos vivido los profesores ha sido que sin esperarlo y de repente nos han hecho gestores digitales de una formación virtual. Nosotros hemos aprendido a mantener un ritmo de trabajo y aprendizaje a distancia, con la ayuda de compañeros, equipo directivo, instituciones (aunque no mucho, sinceramente)… Pero lo más sorprende de esta situación ha sido la capacidad de adaptación, el esfuerzo de superación, la implicación y la ENORME RESPONSABILIDAD de los padres y los alumnos.
Han sido muchas familias las que, a penas, si habían utilizados los correos webs o con escasos recursos digitales las que rápidamente se han “actualizado” en una versión 5.0 mejorada.
¡Muchas gracias!

Han sido muchas las familias que han tenido problemas de salud (de unas u otras índoles) que han estado al pie del cañón, con coherencia y constancia.
¡Muchas gracias!
Han sido muchas las familias que no han parado de trabajar, de forma presencial o teletrabajo. Y, pese a todo, han sacado tiempo (no sabemos muy bien cómo) para atender a las tareas de sus hijos, explicarles todo lo que los profesores no hemos sido capaces de transmitir en estas circunstancias, de controlar tiempos y rutinas.
¡Muchas gracias!
Han sido muchas familias las que nos han escrito personalmente nos han dado ánimos, nos han sugerido mejoras necesarias e, incluso, muchas veces, nos han atendido a nuestros problemas personales.
¡Muchas gracias!

Han sido muchas las familias que, muy tristemente, han tenido que vivir la defunción de gente querida en soledad y han sido capaces de superarlo con amor y cariño a sus hijos.
¡Muchas gracias!
Han sido muchas la familias, en realidad han sido todas, las que con las situación tan preocupante que vivíamos, con problemas laborales y familiares, con aislamientos sociales… No han desatendido el estado anímico y sentimental de sus hijos. Han priorizado una “salud emocional” de sus retoños a los demás problemas.
¡Muchas gracias!
La lista de los motivos por los que todos los profesionales del colegio La Natividad os tenemos que dar las gracias a las familias es infinita… Y, nosotros, solo tenemos dos palabras para vosotros:
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